Sujeto estableció su hogar en un paraíso remoto y aislado
La vida aislada de toda la sociedad puede ser dura, pero para Warrick Mitchell tener su hogar en medio de la imponente belleza natural del parque nacional de Fiordland (Nueva Zelanda), un sitio a dónde solo se puede acceder en barco y avión, es equivalente a vivir en el paraíso, según cuenta Great Big Story en YouTube.
Fiordland es una de las ubicaciones más remotas del mundo. Es el parque nacional más grande y antiguo de Nueva Zelanda. Cubre más de 12 mil kilómetros cuadrados. Alberga a pocas docenas de personas, entre ellas a Warrick, quien decidió alejarse de la civilización.
La inmensidad salvaje que envuelve el hogar de Mitchell es accesible en un paseo de cuatro días desde la carretera más cercana. El contacto humano más cercano es una pequeña comunidad que siempre está dispuesta a ayudarle, de lo contrario no sobreviviría.
"Estamos a cuatro días de camino de la carretera más cercana. El acceso es por avión, a pie, o en el día correcto, puede que en barco, pero es un reto en sí mismo", dice Mitchell. "Realmente, estamos a merced de las condiciones meteorológicas y las mareas en nuestro día a día. Es difícil vivir aquí, pero si haces lo que necesitas y todo se junta es un lugar muy gratificante".
Asegura que necesita un refugio y tierra seca para vivir tranquilo. Cuenta con paneles solares para la energía e iluminación y sostiene comunicaciones a través de satélites. Pero también tiene a la mano medios de transporte como botes y cuatrimotos y una refrigeradora para preservar sus alimentos.
El agua potable está basada en agua de lluvia. El alimento lo obtiene cazándolo, la gran mayoría de veces. "Si tienes un día bajo y las olas soy muy buenas es más que probable que vayas a hacer surf, pero si ves el río agradable, es posible que vayas para atrapar una trucha. Si las olas son planas es posible practicar pesca submarina. Si las olas están bravas, puedes ir al río a hacer kayak".
Pero pese a vivir en un sitio tan remoto no significa estar incomunicado. Warrick considera que no se podría hacer nada sin la ayuda de otros. De hecho, las condiciones de vida de las pocas personas que viven cerca a él hacen que todos se traten como amigos, siempre dispuestas a ayudar.
"No sé de demasiados lugares en el mundo donde puedas estar en un barco mirando hacia atrás y solo poder ver el océano que conduce al bosque que conduce a las montañas nevadas y bahías en formas de glaciares con ríos de aguas cristalinas y agua clara".